Cuando recuperé el aliento, el doctor me ayudó a sentarme en
una pequeña sala de espera, y me tendió la revista que llevaba en la mano.
-Es natural que se sienta tan desconcertad… tan
desconcertado.- El lexema se quedó flotando en el aire buscando un cable a
tierra, y lo cierto es que la –o,
tardó en empujarlo hacia el suelo, violentamente, y sin miramientos. La
mente me daba vueltas, ahora suavemente, como una hoja atrapada en la poza de
un río. “Tranquila, respira hondo, al fin y al cabo, la esencia es la misma, lo
único que ha cambiado es el final del adjetivo”.
¿Sólo el final? Recordé a mi profesora de lengua y
literatura, enseñándonos a analizar morfológicamente las palabras. Lexema,
morfema, adjetivo calificativo. Género y número. Sujeto y predicado… ¿Sólo el
final?
“¿Sólo el final? ¿Por qué no cambiarlos a Sujeta y Predicada
entonces? ¿Pero qué dices?” Notaba el desconcierto, ahora como una delgada
grieta que se iba abriendo paso sobre los cimientos del hospital, los matices que cabían en una sola letra
estaban empezando a borrar los ejes sobre los que se había diseñado y
construido mi universo. “Universa”.
-¿Se encuentra bien?. Asentí, algo ensimismado aún. “Deja de
pensar cosas estúpidas, no te vuelvas loca analizando las palabras, al fin y al
cabo, son solo eso, palabras.”
Palabras. Abrí la revista por el final, y una impresionante
foto de una supernova estallando me invitó a leer un articulo sobre la materia
que constituye el universo. Recordé a mi profesor de Biología afirmando que,
efectivamente, somos polvo de estrellas. El artículo venía a confirmar dicha
afirmación. Tras la muerte y renacimiento de la segunda generación de estrellas,
se crearon los elementos químicos que constituyen la materia viva. CHONP. Las
palabras me hacían viajar por la historia del universo hasta morir en la
génesis y evolución de la vida, qué irónico. Poco a poco, me fui
tranquilizando, leer siempre había sido un ejercicio de relajación.
Todo ser vivo está formado básicamente por el mismo tipo de
átomos, sin embargo, existen inimaginables formas de vida diferentes…¿Dónde se
esconden los matices, pues? ¿Dónde está la frontera entre la esencia y los
adornos que marcan las diferencias?
Tras unos milquinientos millones de años de existencia, la
vida, esos átomos, CHONP, se reorganizarían para crear algo que para los
científicos sería una auténtica revolución: el sexo. Los organismos, ya no tendrían
que autoduplicarse, dejarían de ser clones y aparecería una nueva forma de dar
continuidad a esa materia viva. Lo más curioso de todo; que la aparición de
dicho fenómeno sería fruto del azar…
¿Fruto del azar? “Entonces ¿qué cojones me ha pasado a mí?
Qué es lo que ha sucedido con mi cuerpo, ¿soy la misma en esencia? ¿El mismo
grupo de átomos reorganizados sutilmente, para gastarme una broma macabra? Dudo
mucho que el universo haya alcanzado ese nivel de complejidad, y ni siquiera sé
si todo esto tiene, después de todo, ni pizca de gracia.”
Cerré la revista. Son sólo palabras, sólo palabras. Génera y
númera. Adjetiva calificativa. Lexemo y morfemo. Átomas, CHANP. Qué mas da.
Una enfermera apareció de la nada, cortando de lleno mi
pensamiento circular. Me indicó que pasara a la sala del final del pasillo.
-No hace falta que llames, te están esperando.
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